cuadragésimo desahogo entre sábanas, sedas y algunas hierbas
Ojala pudiese creer en el destino. Pero creo en la casualidad.
Porque creer en el destino es como elevar en la mente la casualidad al infinito.
Después pasa el tiempo y la potencia disminuye hasta una nueva casualidad. Como el tenerte tan cerca. Tanto tiempo. No necesité al destino.
Sí creo en la esperanza.
Mienten quienes con los ojos abiertos no ven. Quienes promulgan huecas palabras al viento. Quienes ante el espejo se ven opacos. Mienten quienes propio no tienen qué decir ni qué vivir.
Confiando en ver y en ser escuchado, ante mí postrado confieso: para esperar al destino: cree en la casualidad, con esperanza.
3 comentarios
Selvas -
Un abrazo
Mamots -
besitos
maalexandra -
Carlos L. Zafon.