vigésimo quinto desahogo por la fuente de la vida
Quisiera que la ternura gobernara el mundo
Tal vez alguna angustia se ahorraría
Quisiera que tu vida nunca fuera mía
Sin leyes perfectas y embudos
La vida que pido y que añoro, como tanto cuanto poseo...,
El sudor que nos reitera: sois humildes vagabundos.
Si la vida y la tristeza
son la rata y la serpiente
¡cómo vivir sin tus riquezas!
Es por ello que tan pocos
son menos y tienen tanto.
Es por ello que quisiera
Que la ternura gobernara el mundo.
No sería necesario, obligar a amar a cualquiera.
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