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vigésimo sexto desahogo, de una inspiración

vigésimo sexto desahogo, de una inspiración

Universidad. Cuestión: Breve ensayo sobre el sexo. No sobre el amor.

Aquellos y aquellas que en la respuesta mencionaron sus parejas no pasaron la prueba. Por no entender.

Multimillonario él, dedicó su vida a la felicidad.

Los primeros años fueron duros: era perseguido. Aquella vieja sociedad sometida a sí misma con credos extraños que expolian riquezas.

Provocaba. Sus insinuaciones constantes causaban efectos. Y las gentes comenzaron a descubrir, entre otras magias, la del sexo, consentido y respetuoso. Salvaje o silencioso. Premeditado u osado.

En la soledad o entre políglotas.

Así, al fin, se olvidaron de él. Y de Él. Y fueron lo que son: lo que deberían: seres con una infinita capacidad para amar.

Apresuro el final, por si ustedes desean comenzar a poner en práctica estas verdades:

Compartimos lo privado y por ello, creedme

(y desde entonces):

 ¡nos amamos mucho más!

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